Como padre de Milagros, una niña de 12 años con microcefalia y discapacidad, he denunciado en la Justicia Penal y públicamente a la Nueva Clínica del Niño por los hechos de mala praxis, abandono de paciente, discriminación a una niña discapacitada, presunta violencia de género contra la madre, violación del juramento hipocrático, abuso de posición dominante, coacción a la madre (mi esposa Wanda Yael Muñoz), amenazas varias, abandono de menor y presunto delito de privación ilegítima de la libertad, a lo que hay que sumar maltrato por parte de coordinadoras médicas, hechos moralmentente desnelables, inmorales, inhumanos y que arriesgan la vida de los paciente.
La Nueva Clínica del Niño de La Plata, tiene de director médico al polémico Juan Guillermo Salas, quien con la complicidad de las coordinadoras médicas siberbias e ignorantes, pusieron en serio riesgo la vida de nuestra hija.
El lunes pasado, Milagros fue echada de la Nueva Clínica del Niño y, pocas horas después, ingresó de urgencia en el hospital de niños Sor María Ludovica bajo código amarillo. Inmediatamente, un grupo interdisciplinario de médicos la atendió con profesionalidad, humanidad y responsabilidad.
Pero el jueves anterior también las echaron bajo el pretexto de "que clínicamente estaba bien" para tener que volverla a internarla descompensada y urgente menos de una hora después.
Tras la denuncia realizada hace ocho días y luego de la visita de personal de la DDI de la policía de la provincia de Buenos Aires, ordenadas por el fiscal de turno para "averiguaciones" a mi señora le negaron la derivación a otro hospital y le ofrecieron que pida el alta pero bajo su reaponsabilidad. De esta manera insultaron la inteligencia de mi esposa quien volvió a exigir la derivación
El sábado pasado la DDI me tomó declaración durante cinco horas en el hospital se Niños Sor María Ludovica, en el marco de la denuncia. Agradezco su pronta respuesta y compromiso con la justicia.
Vuelvo a destacar que la Nueva Clínica del Niño pertenece al empresario Guillermo Tassi, dueño también de otros centros médicos de la ciudad.
La atención recibida en la clínica fue inhumana y negligente, y no se tomaron en cuenta las necesidades especiales de mi hija.
En el hospital de niños Sor María Ludovica, los médicos están buscando otras causas subyacentes para hacer una profilaxis y recomponer la salud de mi hija. Agradezco su dedicación y compromiso con la salud de los niños.
Es importante mencionar que, gracias a la intervención de especialistas externos, se diagnosticó una parasitosis en mi hija cuando estuvo en la clínica, lo que contradice la teoría de Salas de que su condición era solo psiquiátrica.
Espero que la justicia actúe rápidamente y que se castigue a los responsables. No quiero que nadie más pase por lo que mi familia sufrió.
Roberto Armando Anselmino
